Hoy
va de crítica teatral.
Nunca
me gustó el mes de julio, hace demasiado calor y me deshidrato hasta la
momificación. No sudo, me evaporo. De modo que busco refugio en garitos con
buen ambiente y cerveza fría. Y haberlos, en Madrid, los hay a patadas. Pero
esto no es la Guía del Ocio y, como ya he comentado anteriormente, hoy el
asunto va de teatro. Así que iré al grano.
“La
guerra de los grumos” es una obra breve de teatro que actualmente se puede
disfrutar en Microteatro por dinero, uno de esos locales de los que os acabo de
hablar. Entras, te pides una cerveza (¿en qué momento exacto pasaron los
tercios a costar tres euros? Aún recuerdo cuando la cerveza manaba de las
fuentes, se podía fumar en la consulta del médico y todo esto era campo, hijo
mío… pero estoy divagando), charlas y eliges entre las cinco funciones que
ofrecen; como si las quieres ver todas (hay varios pases, el precio de cada una
es más que módico y ninguna excede los quince minutos).
El
atractivo de esta obra en particular es que parte de una discusión que mucha
gente puede haber tenido: ¿Eres de Cola-Cao o de Neskuiq, Neskuik…, Nesquik? (Mierda,
ni tan siquiera sé cómo se escribe ese pseudo-brebaje).
Javier
y Sofía León (guionistas y directores) cogen esta idea y la llevan hábilmente al
terreno del absurdo, a una guerra sin cuartel entre los partidarios de uno y
otro bando, salpicando el escaso cuarto de hora de duración de chistes bien
hilados y esa cultura pop que, sin llegar al frikismo, todo treintañero que se
precie engulló hace años a golpe de spot publicitario.
Por
su lado, Jerónimo Salas y Ezequiel Romero ponen sus buenas dosis de oficio a la
hora de dar vida a un par de soldados del bando Cola-Cao. Hemos visto muchas
veces a esos soldados, al sargento pasado de vueltas y al recluta que no sabe
bien qué carajo hace ahí, con lo bien que se estaba en casa, pero pocas veces han
arrancado tantas risas en tan poco tiempo.
Y
merecen una mención especial tanto el decorado que se ha trabajado Daniel Yábar
para la ocasión, como la elección de Jimmy Hendrix para acoger al espectador; logran
que uno entre en situación al instante.
De
modo que si eres de los que se evaporan en el mes de julio, aprecian el buen
humor y gustan de cervezas frías (que se pueden meter en la sala, fuck yea!)…
ya tienes dónde refugiarte.
Y
no puedo despedirme sin, al menos, reseñar otra de las obras que este caluroso mes
de julio os esperan en Microteatro por dinero: “Luto”. Un muy buen texto de
Nacho Redondo, dirigido por Álex Rodrigo e interpretado por el propio Nacho
Redondo y Nahia Láiz. Ver esta obra y a estos actores es toda una sorpresa, una
grata sorpresa.
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